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¿A qué se asocia y a quiénes afecta la ludopatía?

En esta adicción encontramos una necesidad de liquidar los bienes, ya sean materiales o no. También se pierde mucho tiempo jugando, se pierden amigos y trabajo.

La culpa juega un papel muy importante.

Puede ser un modo de distraerse de dolores, de duelos difíciles, de frustraciones amorosas, de paliar soledades, de tapar angustias

El juego comienza como un 'remedio', pero se transforma en un problema.

A quienes afecta

Puede afectar a cualquier persona, de cualquier edad y clase socio-económica. Pero para que se vuelva adictivo tienen que darse condiciones particulares, familiares y de contexto de vida. No cualquiera que juega puede volverse realmente adicto.

Con la llegada de las apuestas on-line la adicción se presenta en poblaciones más jóvenes, siendo aún más difícil de detectar por el anonimato que permite.

 

Distintos tipos de jugadores que fuimos investigando

1. Jugadores apasionados

La pasión es una fuerte emoción que afecta tanto al pensamiento como al cuerpo, y como tal es inexplicable. El fútbol, el enamoramiento, la música, las apuestas, etc.

Como dice un pasaje de la extraordinaria película "El secreto de sus ojos" ......"el tipo puede cambiar de trabajo, de país, de mujer, de religión....pero hay algo que NO PUEDE cambiar, y es ...de pasión"

Encontramos en ciertas personas una pasión por el juego de apuestas, donde se experimenta una fuerte emoción en el suspenso del límite de perder. Cuando siente que puede perder mucho, por la magnitud de la apuesta, ese paso por la incertidumbre del azar le genera un goce que el jugador, no siempre está dispuesto a ceder, y no lo puede reemplazar.

Amante del desafío, este jugador si gana nunca se retira y si pierde apuesta el doble. Todo o nada es su lema, pero nunca se sabe cuando alcanzó "Todo" porque no es suficiente lo que gana, la cuestión es seguir experimentando el límite.

Si bien no ingiere una droga, en esa acción extrae un goce adrenalínico con efectos en su cuerpo, por eso decimos que es una adicción, no sin sustancia, pero sí, SIN INGESTA.

Lo llamamos jugar por jugar. El juego en sí mismo es lo que cobra valor, no el dinero, no el ganar o perder.
 

2. Jugador en busca de un remedio para su malestar de la vida

Como dice el tango "Por una cabeza" el juego ....."borra la tristeza, calma la amargura"

Estos jugadores usan el juego para soportar algún sufrimiento. Logran, mediante esta práctica "no pensar", sustraerse un rato, entretenerse y distraerse de su malestar. 

Soledades, depresiones encubiertas, desengaños amorosos, frustraciones, duelos difíciles.

La pantalla produce cierto hipnotismo, hay imágenes que distraen, estar en un lugar tan particular como el Bingo o el Casino, le permiten evadir.

Por eso no le importa perder, porque lo que busca es jugar para no sentir.

A la inversa del jugador apasionado, este jugador (o jugadora, ya que en su mayoría son mujeres)quiere anestesiar, calmar sus pensamientos, tomarse un respiro. Son sujetos abrumados, desbordados emocionalmente.

Si bien es un remedio que funciona, es un paliativo, que no cura el malestar de fondo, sino que lo tapona, y produce un aletargamiento de las funciones simbólicas y un embotamiento de su capacidad de elaborar y encontrar otras soluciones.

Es quien juega "para perder" porque pierde dinero pero también pierde angustias.

 

En estos jugadores muchas veces encontramos una culpa inconsciente. Hipótesis planteada por Sigmund Freud y por Edmund Bergler, quienes afirmaban la incidencia de la culpa en el jugador compulsivo que juega metódicamente a perder, que no puede ganar.

Sus desgracias sucesivas, su sensación de haber nacido perdedor y vivir como tal, pueden estar articuladas u ese sentimiento profundo y desconocido de ser culpable de algo.

Esa culpa lo conduce a "pagar", escondiendo ese pago en las deudas que el mismo genera.

Es deudor eterno de faltas que desconoce, y suelen remontarse a historias familiares. Es bastante comun que se desencadene el juego compulsivo si mueren el padre o la madre, no solo por la pérdida sino por la ambivalencia amor-odio que despertaba esa figura.

El trabajo de interpretación en estos casos funciona, haciendo caer la práctica de juego cuando se localizan esas "deudas morales"

Es un tipo de jugador neurótico, que tiene un buen pronóstico si realiza un psicoanálisis.

 

3. Jugador criminal

Es un jugador que tiene un costado que no se articula a la ley ni a la neurosis.

Un sujeto que no siente culpas, tampoco vergüenza, que puede hacer mucho daño a sus seres cercanos.

Presenta una posición muy negadora y aunque se muestre arrepentido, no se puede hacer cargo de lo que hace.

Es el caso mas grave y complejo de tratar, porque puede hacer creer  que está comprometido con el tratamiento pero en realidad no.

Si bien no controla su práctica de juego, no se problematiza y cree que su único problema es la mala suerte.

Son posiciones muy fijas.

Ha perdido el lazo con la palabra, es poco lo que tiene para decir, y también con el Otro, que es normalmente quien consulta.

Es necesario verificar en estos casos si es posible conmover su posición en las entrevistas preliminares, para poder pensar en un tratamiento.

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